Desde hace aproximadamente un año, el grueso de los trabajadores cuya labor puede ser desarrollada desde casa están teletrabajando. Y eso, para las empresas, puede constituir un riego de ciberseguridad importante. Existen toda una serie de errores informáticos –que por despiste o desconocimiento– pueden ponen en jaque la información corporativa. Así, el correo electrónico, los dispositivos inteligentes, el almacenamiento en la nube, las conexiones desde puntos no del todo seguros… son las principales puertas de entrada de los ataques malintencionados.
