La desescalada del confinamiento, ocasionado por la pandemia de la Covid-19, ya es una realidad para muchos negocios. Aunque existen diferentes fases en las que se encuentran distintas comunidades, lo cierto es que esta salida paulatina del estado de alarma implica para las empresas del sector de la seguridad el trabajo extra de vigilar que todo sea conforme a las directrices de las autoridades sanitarias.

El Ejecutivo plasmó hace semanas la desescalada en el llamado Plan de Transición para una Nueva Normalidad. Un documento en el que se recogen las fases que están siguiendo y deben continuar haciéndolo empresas y comercios durante aún varias semanas.

Sin embargo, como el propio documento indica, el retorno a la actividad será gradual y dependerá de la evolución de la pandemia en España. Pues no en vano los científicos se temen un posible repunte en cuanto se baje la guardia lo más mínimo.

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Y ahí es precisamente donde intervienen las empresas de seguridad: salvaguardando el correcto cumplimiento de la normativa establecida. Como han estado también durante lo más grave de la crisis: en primera línea, y pendientes de que todo marche según lo estipulado por las autoridades sanitarias.

Atentos a la desescalada

A lo largo de la desescalada, las empresas de seguridad, como el resto, han debido implementar varias medidas preventivas. La primera de ellas, reorientar sus protocolos de seguridad de los/las empleados/as a evitar los contagios, siempre que el teletrabajo de todos los/las empleados/as no es posible.

Pero también instruyendo a las plantillas en el distanciamiento entre trabajadores, el control de accesos o el seguimientop de las recomendaciones higiénicas. Algunas de esas normas implican soluciones como la instalación de mamparas de separación, el establecimiento de distancias entre puestos de trabajo o la toma la temperatura en los controles de accesos.

Otras de las medidas que recomienda el Gobierno en su plan, es también en muchas ocasiones una tarea de la que se están ocupando no pocos vigilantes: reforzar las advertencias en cuanto a la utilización de mascarillas, lavado de manos, uso de geles desinfectantes, mantener la distancia interpersonal y la desinfección de espacios. Y es algo que les tenenmos que agradecer, pues más allá de las malas caras de algunos cuidadanos, es por el bien de todos.

En concreto, la Fase 3

Las autoridades públicas plantearon la desescalada como una vuelta a la normalidad que entrañaría nuevos comportamientos por parte de las personas y las empresas. Con todo, la recuperación y vuelta a esa llamada nueva normalidad dependerá de los indicadores en cuanto a la evolución de los contagios y la incidencia de la enfermedad sobre la población.

Estas son las funciones del personal de seguridad privada en la Fase 3 de desescalada, en la que en breve irán entrando las CC AA más rezagadas: la Comunidad de Madrid, parte de Cataluña, y parte de Castilla y León.

El Ministerio de Sanidad aprobó hace unos días una orden ministerial ara flexibilizar varias restricciones durante la tercera fase del estado de alarma. En ella quedan establecidas diversas funciones que serán competencia del personal de seguridad privada durante la Fase 3 del plan de desescalada, relacionadas con los controles de accesos, el aforo y el distanciamiento social.

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El personal de seguridad privada está teniendo, y va a seguir desempeñándolo con acierto, un papel destacado durante la Fase 3 en al menos varios ámbitos: establecimientos y locales abiertos al público, centros comerciales y zonas recreativas.

Un papel destacado

Establecimientos y locales abiertos al público. En aquellas grandes superficies que cuentean con aparcamientos propios en los que el acceso no pueda realizarse de manera automática y sin contacto mediante lectores de tiques o tarjetas, el personal de seguridad privada lleva a cabo el control de forma manual. De esta manera se pretende un mejor seguimiento de las normas de aforo.

Los vigilantes también supervisan que se cumplen las normas de llegada y salida escalonada de los/las trabajadores/as, según los turnos establecidos por la empresa.

Centros y parques comerciales. En estas instalaciones, el personal de seguridad privada vela, durante la Fase 3 de la desescalada, por que se respete la distancia mínima interpersonal de dos metros. Asimismo, estos profesionales evitan que se formen grupos numerosos o aglomeraciones, especialmente en zonas como las escaleras mecánicas, ascensores, zonas comunes de paso y zonas recreativas.

Centros recreativos turísticos, zoológicos y acuarios. En este caso, los vigilantes de seguridad también controlan que se respeta la separación entre personas y dispersarán a los grupos numerosos o aglomeraciones que se puedan crear.

Igualmente, se están haciendo cargo del control de acceso manual en aquellos centros recreativos turísticos, acuáticos y zoológicos donde los aparcamientos no permiten la entrada automática y sin contacto de los conductores.

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