España está ultimando un sistema de reconocimiento facial de masas único en Europa. Bajo la supervisión del propio Ministerio del Interior, un grupo de empresas trabaja desde 2018 en un proyecto único de control policial, con reconocimiento facial que roza la ciencia ficción: agentes dotados de gafas con hardware de realidad aumentada y de inteligencia artificial podrán distinguir entre una multitud tanto a delincuentes como objetos sospechosos.
Dos años lleva ya trabajando en ello un conglomerado formado por seis empresas tecnológicas, tres universidades y el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL), asesorado y supervisado por el propio Ministerio del Interior. Se trata de un proyecto único en el Viejo Continente, en lo que a videoviligancia se refiere.
Dicho programa, que responde al nombre de AI MARS (las siglas de Artificial Intelligence system for Monitoring, Alert and Response for Security in events), permitirá rastrear millones de caras por segundo en grandes concentraciones. Ya se trate de grandes estadios deportivos, estaciones de transporte, sales de conciertos, centros comerciales, pabellones de ferias o incluso manifestaciones en plena calle.
Rapidez de aviso
La mecánica será la siguiente: las cámaras policiales barrerán el público y, mediante un cotejo prácticamente inmediato en los centros de control, podrán detectar sospechosos y alertar a los agentes sobre el terreno. Aviso que podrán ver precisamente destacado en sus propias gafas.
La latencia entre el barrido de caras en un grupo numeroso de personas y la alarma que recibirá en su pantalla interna el agente podrá ser cercana a cero. Décimas de segundo. Será posible gracias a las redes 5G, que están en pleno desarrollo. Esta conectividad es la que hace único el proyecto a nivel europeo.
La duda que le surge a cualquiera, ya despejada, es que la mascarilla contra el coronavirus –hoy obligatoria en cualquier espacio público– no evitará que el sospechoso sea detectado por las fuerzas del orden.
Se trata de un handicap que las empresas que desarrollan los algoritmos de reconocimiento facial han superado en los últimos meses. Así, el reconocimiento del tercio superior de la cara ofrece ya fiabilidades del 99% en la identificación, según datos de dos empresas del sector.
Tecnologías de reconocimiento facial
De hecho, en los últimos años, las tecnologías de reconocimiento facial han superado problemas como la iluminación escasa, la inclinación del rostro, el uso de gafas, maquillaje, tatuajes o barbas.
AI Mars busca «una solución innovadora para la seguridad en estos entornos de gran afluencia de usuarios frente a ataques terroristas o de otro tipo de incidentes», ha explicado a los medios de comunicación fuentes del consorcio. «Buscando la detección de alarmas de forma predictiva y evitar el ataque o bien en caso de haberse producido la incidencia poder facilitar la investigación posterior».
En este sistema, el centro de control «va a contar con técnicas de realidad virtual y aumentada para enviar la información a las patrullas y para que los mandos puedan gestionar las operaciones de forma remota», según explican dichas fuentes.
El proyecto permitirá el procesado de información biométrica, con el reconocimiento facial, pero también la detección de vehículos y objetos (armas, por ejemplo), de comportamientos anómalos (tumultos, peleas…) y la vigilancia de dispositivos sospechosos de radiofrecuencia, como móviles o tabletas; esta última opción está en fase de desarrollo, por lo que el consorcio no puede dar más detalles.
Videovigilancia del siglo XXI
Y va un poco más allá, porque la tecnología permitirá hacer un seguimiento según la vestimenta. Si se sospecha que un delincuente viste por ejemplo pantalón azul y camisa blanca, el sistema urbano de videovigilancia podrá localizar todas las personas con esa ropa que pasen ante las cámaras, de cara a su seguimiento y eventual detención.
Otra opción en desarrollo es la creación de un sistema de avisos masivo a la ciudadanía, en caso de emergencia de seguridad.
«Queremos dar una respuesta integrada a las necesidades de seguridad que acompañan a escenarios con gran concentración de personas. Actualmente en Europa no existe una solución que integre todas las necesidades en este ámbito», han explicado a los medios el consorcio. «La solución, tiene una finalidad de seguridad pero la plataforma es fácilmente adaptable a otro tipo de objetivos como puede ser la gestión del comportamiento de multitudes, conteo de personas, control de aforos, etcétera, sin la identificación unívoca de personas».
La red de cámaras permitirá seguir a un sospechoso en función de su vestimenta. «El objetivo de este proyecto no es la monitorización de las personas sino permitir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado y cuerpos de emergencia localizar a personas en situaciones concretas que así lo requieran». Como tal, el proyecto cumplirá el marco legal aplicable en cada país en el que se implante en su momento. El consorcio está en contacto permanente con las fuerzas de seguridad ente otras cosas, para asegurar este punto.
Cinco millones de euros
El novedoso proyecto AI Mars de I+D+i tiene un presupuesto de 5.260.389 euros, apoyado y financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, y está liderado por Cellnex. Éste es uno de los principales operadores de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas de Europa. Otros socios del proyecto son Herta Security, Sngular, Emergya, SHS y Televés, las universidades de Granada, la Politécnica de Madrid, Carlos III y el mencionado ITCL.
Fuentes del proyecto detallan que en este 2020 se prevé realizar pruebas de laboratorio, en 2021 sobre el terreno y lanzarlo en 2022, aunque en las fases preliminares ya se han hecho algunas catas.
En un campo de fútbol de la Liga Española, sin ir más lejos. El primer objetivo son los grupos ultras. Pues se ha probado con cámaras de la UCO –la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, dedicada a la investigación policial.–, se está estudiando y se han hecho pruebas, dado que puede ser un buen apoyo para mayor seguridad en los estadios.